Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una casa hecha para la nieta del arquitecto Sergio Bernardes y un artista plástico colombiano fue un desafío. A principio querían que la casa se pareciese con la Casa Lota hecha por su abuelo en 1950, donde siguen algunos materiales como el techo. La evolución del proyecto se ha dado con mucha interactividad.
La casa divide el terreno en dos en su longitud, el tragaluz (24mx .60m) es un rasgo que acentúa esa división. Esa implantación ha sido el principio del proyecto . El objetivo primero fue preservar todos los árboles centenarios.
La visión traspasa la casa, las fachadas son de vidrio. Las paredes paralelas no impiden esa mirada.
La sala está en el centro, las habitaciones en los extremos. En el centro la casa se hace una terraza (varanda) cuándo abierta. Las casas brasileñas todas tienen una terraza, en este caso ya está.
El techo, diseñado de 1,5 m más allá de la pared de vidrio, ofrece protección en la sala-terraza.
Lo que trae intimidad a esa cristalera es la inmersión en la naturaleza. El rasgo de luz diseña al pasaje del dia.
La estructura de perfiles de acero corten, fueran soldados y se levantó en 15 días. La ventaja del acero es que podemos darles las proporciones que deseamos al material, lo que cambia es la espesura de la lamina.
La cobertura es de tejas de zinc-aluminio, sándwich, que han sido colocadas en un día.
La geografía de la región, debajo de la montaña y sujeta a inundaciones, fueron los motivos de la suspensión del piso en 80cm.